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¿De dónde viene y para dónde va el papel higiénico y por qué debe importarnos?

8 de mayo de 2024 por
Producción Paguro

Antes de la invención del papel higiénico se utilizaban materiales diversos: hojas, trapos, pieles, césped, hojas de coco o de maíz. Incluso cuando nuestros papás eran niños, en las zonas rurales de Colombia no contaban con este producto que hoy parece tan indispensable.

Solo hasta inicios de 1900 se creó el rollo de papel como lo conocemos. En sus inicios, la gente veía con muy malos ojos que los rollos de papel higiénico se exhibieran así, tan abiertamente. Hoy en día su demanda es tan grande que cada día se producen más de 50 millones de rollos en el mundo. Solamente usted utiliza unos 4 kg de papel al año, más o menos unos 50 rollos. Multiplique eso por la cantidad de personas en Colombia, o en el mundo, y verá por qué es importante conocer de esto.

La demanda de papel higiénico requiere que se talen miles de árboles, pues la materia prima para este producto es lo que se conoce como pulpa de celulosa, una sustancia que proviene de la madera de árboles, principalmente pinos y eucaliptos. Lo que se utiliza para generar papel es normalmente las partes restantes de los árboles, una vez se escogen los mejores cortes para la creación de productos de madera. De este excedente se saca la pulpa de celulosa, que se combina con papel reciclado proveniente de revistas, papel de oficina y periódicos para crear los conocidos rollos de papel. En la industria del papel se usan más de 100.000 toneladas de papel reciclado cada año. Muchas empresas productoras de papel higiénico utilizan árboles provenientes de bosques certificados, sembrados para la producción de sus derivados, lo que garantiza que no se está acabando con selvas vírgenes o bosques nativos. Además, algunos ofrecen papel higiénico 100% proveniente de materiales reciclados.

Ahora ya sabe cómo llegó el rollo de papel hasta su casa. Luego, ¿qué pasa después de usarlo? Sobre esto existe un debate grande: que si lo echa a la taza del inodoro, que si no. En muchos lugares habrá visto un cartel de “no arroje papel al inodoro”. Sobre esto, en Colombia existe una creencia muy implantada de que echar papel higiénico a la taza va a hacer que se tapen las tuberías. En muchos lugares del mundo esto es FALSO, pero el debate va mucho más allá. Por lo general, el papel higiénico está diseñado para deshacerse rapidísimo en contacto con el agua. Sin embargo, en diferentes ciudades de Colombia el sistema de alcantarillado está diseñado con tramos al aire libre y en sistemas de tuberías que no son flexibles, ni cuentan con el desnivel necesario para lograr un flujo constante de agua. Es decir que existe la posibilidad de que las cañerías se obstruyan.

Aparte de esto, echar el papel higiénico al inodoro podría ser una excelente alternativa siempre que viviera en un lugar que cuente con una planta de tratamiento de aguas residuales (o PTAR) idónea. Las PTAR son estaciones enormes en donde se reciben las aguas negras (provenientes de los inodoros y contaminadas con material fecal) y se limpian. Allí los restos de material fecal y los restos de papel higiénico, son recogidos y se genera un material que se conoce como “lodos”. En la actualidad, aprovechar los lodos es complicado porque tienen muchos microorganismos patógenos y sustancias difíciles de degradar. Pero la investigación y la innovación están logrando procesos para disminuir esa contaminación y poder usar los lodos como abono para el suelo. De regreso a nuestro contexto colombiano, nuevamente es importante hacer una salvedad: incluso en las ciudades grandes como Bogotá y Medellín, las PTAR tratan solamente un pequeño porcentaje de las aguas negras de la ciudad (¡¡LO QUE ES GRAVÍSIMO!!) y muchas todavía no tienen procesos para aprovechar los lodos.

Si no vive en un lugar que cuente con una PTAR, lo mejor de lo mejor sería compostar su papel higiénico, junto a sus heces. En el Centro para la Educación Ambiental Bisvita se utiliza un sistema de inodoros secos que separan la orina de las heces. La orina se utiliza directamente para el riego de los cultivos, mientras que las heces caen a una caja cementada que, junto con el papel higiénico, un poco de aserrín y la ayuda de microorganismos, se composta y en 3-6 meses se vuelve abono para las plantas.

La solución de los baños secos es excelente, pero para lograrla se necesita espacio en vertical, con el que muchas personas en la ciudad no cuentan. Entonces, con ese problema de espacio, la alternativa que queda es echar el papel higiénico en la papelera. Lo malo, es que ese papel irá a parar a un relleno sanitario y acabará contaminando las aguas, además de generar focos potenciales de contaminación por patógenos.

Ah, ¡OJO! El debate aquí es solo para el papel higiénico. Toallitas húmedas, pañales, tampones, toallas higiénicas por NINGÚN MOTIVO deben arrojarse al inodoro. Arrojarlas es un problemonón, incluso en los lugares que tengan una PTAR eficiente e innovadora.

Por: Luisa Barbosa

Bióloga y comunicadora de la ciencia. Líder de comunicaciones del Centro para la Educación Ambiental Bisvita Basura Cero.

@bisvita.cero

https://bisvita.com/

Esta publicación se realiza en alianza entre Paguro y Bisvita.

Paguro es una empresa dedicada a la reutilización creativa de escombros de construcción y otros productos como el vidrio y la cerámica. A través de una combinación de diseño y sostenibilidad, crean piezas únicas, irrepetibles y completamente personalizables para la composición y decoración del hogar.

El Centro para la Educación Ambiental Bisvita es un proyecto educativo y un parque temático dedicado a recopilar y compartir aprendizajes y experiencias sobre las prácticas que conducen a una vida basura cero. Transfieren dichos aprendizajes a los colombianos y colombianas a través de visitas y talleres, y les sensibilizan sobre los problemas ambientales relacionados con las basuras.